Metáfora de la gran ciudad TEXTO: SANDRA BALVÍN
Roma
La vida de 'La ronda de las ciudades no comenzó en Lisboa'. Allí es donde Manuel Sonseca tomó la primeras fotografías que aún hoy continúan multiplicándose. La historia de la colección, como la de todas sus imágenes, empezó en el momento en el que la cámara dejó de ser un juego para convertirse en una invitación para reflexionar sobre la importancia de las cosas.
Mucho ha llovido desde Lisboa hasta Bratislava, su última parada. Edificios, personas, coches, luces de neón, vehículos anacrónicos...Todo ha sido filtrado por la mirada curiosa del autor, que no narra, sino que sugiere desenlaces y comienzos . La parte por el todo, el todo por la parte o un pedazo sólo porque sí, porque así es como lo ha visto el fotógrafo y porque el reflejo de sus propios estados de ánimo.
Acentos
La selección que se exhibe en la fotogalería de UFCA forma parte de un proyecto más amplio. Sonseca raramente retrata los rasgos más típicos de las urbes. Cuando lo hace, la estampas turísticas permanecen en un segundo plano y ceden el protagonismo a lo que las ciudades susurran en los oídos de quienes las visitan.
La Fontana de Trevi aparece al fondo, desdibujada. Es el acento en la imagen predominante, una cabeza rubia de mujer, de rizos arquitectónicos y sin rostro. Aquel día el icono se convirtió en un homenaje a la 'Dolce vita'. Otro día cualquiera y con otros testigos la fuente podría haber apuntado mil historias diferentes.
La ocasión se presenta, pero hay que estar alerta. «Vi la rubia y me dije: '¿esto lo ha montado aquí el Ayuntamiento!'», bromea Sonseca. No hace bromas, sin embargo, cuando explica la importancia de permanecer alerta porque hay fragmentos de la realidad que permanecen ocultos si no se miran con atención.
Hay quienes dicen que piden a la inspiración que les llegue trabajando. Sonseca quizá pida que le visite con su Leica al alcance de la mano. Reconoce sin amargura que se acuerda con frecuencia de las fotos perdidas, «que, sin duda, serán las mejores».
Asegura que no sale con actitud de hallazgo, sino de búsqueda. Busca y encuentra. Busca y no se resiste cuando se encuentra con escenas como la Plaza del Popolo convertida en salón de baile por la lluvia repentina, las luces nocturnas y algunos guiños geométricos
Excepciones
Sólo hay tres excepciones al blanco y negro. Tres fotografías tomadas con una cámara desechable capturan tres instantáneas diferentes de roma: un café, un coche y casetas de playa. El resto, prescinde del color en beneficio de los juegos de las sombras, las luces y de las formas. Basta la insinuación. Un Cinquecento es Roma y la ciudad eterna se reduce a una mesa de restaurante tras el cristal.
¿Qué le induce a tomar imágenes sin cesar?. Tal vez la razón sea la saudade de la que algunos se contagian en Portugal, uno de sus escenarios favoritos. «Es sentir la presencia de lo ausente», dice Sonseca citando a Fernando Pessoa. No es nostalgia, es saudade. «Es, simplemente, que al ver las imágenes puedes recuperar recuerdos anteriores».