domingo, noviembre 21, 2010

La noche del Savoy

No era precisamente la banda de Chick Webb la que ocupaba el escenario, tampoco el solista era negro aunque, eso si, tendría la misma edad que la joven Fitzgerald cuando debutó en aquel local de la calle Lenox. El apabullante calor nos distraía de la insolencia de los músicos al atacar sin pudor un tema de los setenta y mantenía la atmósfera bronca de humo y rock and roll que legitimaba la fama del garito. Mi esófago me recordaba en cada sorbo el maltrato recibido durante años y decidí acallarlo duplicando la dosis de ginebra.
En uno de esos momentos donde los vasos, incluso los de tubo, a penas se mantenían en pie, un mechón harto de disciplina se deslizó por las mejillas emocionantes de Lady Blues, dividiendo en dos aquel encantador territorio inexplorado.
Afuera, la lluvia espejó las calles de la madrugada donde se reflejaban, confusos, el sueño y las derrotas de los últimos habitantes de noche.





©2010 M.Sonseca

6 comentarios:

Araceli Otamendi dijo...

Qué lindo texto y fotografía! Manuel,
me encantó.

saludos cordiales.
Araceli

ÁNGEL SANZ dijo...

un bonito colofón a una bonita noche.
Ángel Sanz

XuanRata dijo...

A veces hay que esperar a que se adense la noche para que llegue la nota equivocada, el fraseo interrumpido del jazzman, la mirada también que por error se termina encontrando con la nuestra.

Por alguna razón extraña me parece esta una imagen solo apta para fumadores.

Un saludo, Manuel.

Manuel dijo...

Noche especial con gente especial, un lujo¡

Antonio Rodriguez dijo...

No se si la noche fue especial, pero la fotografia es excepcional.
Un abrazo.

Cristo dijo...

un relato precioso Manuel, me gusta mucho el ritmo que tiene y la frase final es un colofón perfecto...
noches para el recuerdo, desde luego...
un abrazo.